Parte 3 y última.
Llegué a casa a las tres, cambié la hora a las dos y cuando terminé de hacerlo, miré al frente y estaba otra vez fuera.
Por ejemplo.
O llegué a publicar esta mierda a las tres, y ya estaba publicado por mí desde las dos que habían sido las tres una hora antes de estas tres.
O qué más da y qué mierdas nos importa.
O será que el tiempo no existe en las máquinas, ni siquiera en los astros, sino solamente en nosotros, como parte sustancial, en el pulso de nuestra sangre.
O no lo sé, la verdad, no lo sé.
El tiem
po y nosotros
hablando como primates.
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