Según
las propias palabras del autor en el epílogo o postdata que incluye
en la novela, Milan Kundera empezó a pergeñar el libro hacia
mediados de los años cincuenta. No pienso repasar aquí las
circunstancias históricas del momento en Checoslovaquia y en el
mundo, aunque muchos de vosotros podéis imaginar lo que estaba
pasando. Tampoco me voy a poner a analizar en detalle las minucias
biográficas (de las que por otra parte no tengo la menor idea) del
autor, pero es cierto que a poco que uno empiece a investigar
descubrirá que La vida está en otra
parte
fue la segunda novela que publicó el autor checoslovaco, y la
publicó por primera vez en francés en el año 1973. Además, Milan
Kundera es un autor que ha ganado premios en Francia, en Italia, en
Estados Unidos, premios internacionales, y sus novelas se tradujeron
rapidísimamente a un montón de idiomas distintos.
En
el caso de Kundera esto responde obviamente (o no) a cuestiones de
totalitarismo ideológico, censura y exilio1,
pero por otra parte no puedo evitar pensar también en nuestro
querido amigo Franz Kafka que escribía sus obras en alemán. Y al
pensar en estos dos escritores checos, los únicos que conozco a
decir verdad, o mejor dicho los únicos que he leído, y al pensar en
las lenguas en que ellos escribían y publicaban, no puedo evitar
preguntarme si habrá algún escritor hispanohablante que se haya
puesto a escibir en otras lenguas (que lo habrá, seguro), pero es
que tengo en mente también a Max Aub que era medio alemán y de
origen francés y escribió toda su vida en español2.

El
libro trata de la vida y crecimiento del poeta, de un poeta, o de
todos, y supone más o menos a mi juicio, una exploración de la
poesía, la psicología, la juventud y la revolución. Se
podría considerar, tal y como supuestamente lo hizo al autor cuando
empezó a concebir el libro, como una especie de novela-ensayo sobre
lo que significa ser poeta, y el lugar que a éste le corresponde en
el mundo moderno, entre revoluciones y purgas totalitarias. Aparece
también el amor, pero siempre desde la perspectiva idílica de la
inexperiencia: «Un gran amor persigue la creación del ser amado a
partir de una criatura imperfecta». En
fin, podríamos
decir también
que esta novela, como tantísimas otras más, es un poco como El
Quijote,
al menos en cierto modo, porque de alguna manera representa el
idealismo, ese vivir soñando con otra vida, una especie de pesimismo
empañado porque resulta exactamente lo contrario de «la vida está
justamente aquí y ahora», lo
que
sería una forma de optimismo.
Parece
ser que siempre ha habido una especie de lucha o desacuerdo entre la
figura del poeta y el mundo exterior. Basta que recordemos el
Romanticismo, o recordemos a Vicente Huidobro que decía que el poeta
representa el drama angustioso que se realiza entre el mundo y el
cerebro humano. Pues bien, así lo dice Kundera en esta novela: «La
lucha dramática entre el poeta y el mundo».
Me
resulta especialmente curioso esto de los títulos, porque tengo que
reconocer por un lado que fue el título,
más que el rápido vistazo del índice y la lectura de la primera
frase, lo que me llevó a comprar el libro. Pero por otro lado
también tengo que reconocer que, una vez sabidas las intenciones que
tenía el autor de su propia pluma gracias a ese epílogo que
incluye, me resultan demasiado evidentes las incoherencias entre La
vida está en otra parte
y el todo que supone la novela. El título está bien, ya lo hemos
dicho, es muy llamativo, pero el que iba a ser el título primario La
edad lírica
se ajusta infinitamente mejor al significado global de la novela,
porque en ella, la lucha o drama entre el interior y el exterior se
hermana más o menos con el mundo del niño, o el adolescente, con la
vida no adulta. Y así el idilio se establece en contraposición al
exterior, a la así llamada en la novela «vida real», la vida de
los adultos.

_______________________________________________________
1Pienso
ahora en Max Aub en México, escribiendo «La verdadera historia de
la muerte de Francisco Franco» y otras muchas historias que el
propio autor seguramente con bastante desconsuelo podría haber
considerado huérfanas de público...
2¡Ay! ¿Qué tendrá la lengua española, esa puta rabiosa y acaparadora?
2¡Ay! ¿Qué tendrá la lengua española, esa puta rabiosa y acaparadora?
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